En vivo y en directo, con Jose Jones.


"- Y ahora. Aquí. En vivo y en directo. ¡El mismísimo Jose Jones!
- Bueno, yo sólo soy uno de los tres... (Por lo bajo). Buenas tardes público.
- Cuánto tiempo intentando concertar esta entrevista, por lo visto la identidad de Jose Jones, debido a su turbio pasado, era difícil de desvelar. Le rodean millones de acusaciones policiales y amenazas de muerte de madres y padres de sus fans más jóvenes.
- Bueno, algunas de esas acusaciones son infundadas. Se deben al miedo que produce la sola mención de mi nombre. Ya me acusan por todo.
- Eso esperamos todos, que salga todo muy bien. Por cierto, desde cuándo existe Jose Jones?
- Bueno, como ya he dicho.. Yo soy solo una tercera parte de lo que es Jose Jones.
- ¿Como es eso?
- Bueno, sí. Jose Jones somos tres personas. No soy solo yo. En definitiva es una mente mucho más compleja, difícil de cazar entera.
- Creo que no le entendemos.
- A ver, es muy simple. La complejidad de lo que inicialmente se concibió como Luas y sus Problemas es fruto de una mente de triple complejidad, no podía ser una sola persona. Jose Jones somos tres. Yo soy solo uno.
- ...
- ¡Váyase a la mierda usted subnormal! ¡Y a la mierda el público también! Arderán todos en vivo y en directo."

La mecha prende fuego y todo el teatro principal revienta en pedazos. La filmación en directo capta todo el momento de la ignición. Un estadio de fútbol se desmorona por la onda expansiva cuando el equipo local iba perdiendo. La ciudad se sume en el silencio absoluto y una tercera parte de Jose Jones sale caminando entre las ruinas camino a otra localidad. Es hora de ir a un motel y escribir la 6ª temporada de Luas y sus viajes y fracciones.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Luas y sus libros

En lo más remoto del universo hay un amalgama de sangre y asfalto flotando en el vacío espacial. Luas acaba de empezar su proceso de composición al haber sido despertado de su supuesto eterno sueño. Se siente algo molesto, estaba muy cómodo, muy tranquilo. No tenía problemas. Dada su situación se pregunta si lo que le estaba ocurriendo puede llamarse una invocación, así es como se siente, siendo invocado, siento traído de vuelta.

"Me están llamando, pero de dónde?" piensa Luas sin poder ver en absóluto que la sangre está empezando a formar masas de carne flotando en gravedad cero. El asfalso a su vez forma una bola compacta que se sitúa sobre la carne mientras atrae con su propia gravedad algunos trozos de la recién formada carne, creando una cobertura disforme. En el momento en que la carne se ha dividido en 5 trozos que se pueden identificar como tronco y extremidades, los ojos de Luas brotan de la masa de aslfato ya cubierta de carne y Luas es testigo de la formación de sus propias manos y el ensamblado de sus extremidades. Hasta que la cabeza no se conecta con el cuerpo no comienza a sentir el frío del espacio sobre su piel.

"Debo salir de aquí antes de congerlame, aunque salir no debe ser la palabra adecuada cuando uno está en el espacio abierto. Dónde debo estar? Me pregunto si estoy en la órbita de algún astro. No, eso es una tontería, hasta hace un rato no tenía masa. Quizá esté entrando en alguna órbita ahora, pero eso sería un desastre, me costaría horrores salir." Luas echa un vistazo a su alrededor en busca de estrelas conocidas. "A quien pretendo engañar? No tengo ni puta idea de estrellas.. Ojalá el Borja estuviera aquí. Bien pensado, no, tampoco tendría ni puta idea, y es más friolero que yo. Necesito orientarme, necesito moverme, a ver mis brazos y piernas". Se mira el cuerpo de arriba a abajo y ya se reconoce a sí mismo, es definitivamente él, es definitivamente Luas. Pero no sabe que hacer a continuación, y hace frío.

*

"Mierda, me estoy helando." Luas está nadando en el espacio, literalmente nadando, por el espacio. Mueve sus brazos y piernas al estilo crawl, pero avanza muy lentamente. Luas nunca fue muy bueno nadando, odiaba la natación, pero ahora desea que hubiera aprendido a nadar para no cansarse tanto, hace mucho frío y las articulaciones le duelen, todo cuesta mucho esfuerzo. Y ni siquiera tiene clara una dirección.

Una mota de luz atraviesa el campo visual de Luas fugazmente, dejando una estela en sus púpilas que permanece durante unos segundos hasta degradarse hasta la invisibilidad. Antes de poder pensar en lo que acaba de ocurrir el punto reaparece súbitamente y se hace grande. Tan grande cómo una cama hasta el punto de que empieza a cambiar de color de manera progresiva como si se tratase de la luz de un escenario de música electrónica. Por un momento Luas recuerda el planeta Tierra, no hacia ni 10 minutos que lo había abandonado y ya lo echaba de menos.

Demasiados capítulos pueden pasarte factura, Luas se sentía extraño, grabar en el espacio no era su fuerte, ya lo intentaron en antaño pero los costes de producción eran penosos para aquel entonces, no había dónde cogerlos. Poco después de ver que esa estela era una alucinación causada por su mente entrando en resonancia con el vacío Luas decide volver a la nave nodriza siguiendo el cable de vuelta que la conecta con ella. Era ya hora de desayunar y el paseito matutino tenía que terminar. Le había dado demasiado el sol por hoy, era hora de trabajar.


Entra en la nave, pasa a la cámara de descompresión, cierra las compuertas y baja la palanca que permite que entre oxigeno en la cámara. Una vez restablecido el entorno Luas se empieza a quitar el traje de buzo y se prepara para una nueva sesión de "Luas y sus problemas". Esta vez la emisión llega a la nave vía blootooth y Luas no se puede perder el visionado de lo que están dando en el canal oficial. Está claro que cuando su distancia sea la suficiente con respecto a la Tierra ya no recibirá mensajes en directo sino en diferido y ni tampoco podrá ver más capítulos de la serie... hay que aprovechar mientras se pueda.

Además tiene que trabajar en la misión y ahora está algo dormido. Se pone a desayunar mierda de esa espacial que va toda ensamblada mientras ve a Javichulo en sus tiempos mozos en la tele. Sabe que esta misión pasa por largas, eternas, largas e infinitas esperas en solitario. Llevaba poco tiempo en el espacio y ya tenia la polla despellejada. Dejando de lado las constantes pajas, pocas opciones le quedaban para pasar el tiempo. El verse a sí mismo frente a lo que se sentía una eternidad de monotonía, hacia que su percepción del tiempo estuviera totalmente trastornada. A los 10 minutos de entrar en aquella nave, no hubiera podido saber si llevaba allí varios minutos o una hora.



Totalmente perdido en el hacer nada en absoluto, Luas sufría diferentes tipos de ansiedad. Ansiedad psicópata. Ansiedad depresiva. Ansiedad deportiva. Ansiedad por falta de sueño. Ansiedad por falta de sexo. La ansiedad le dejaba sin respiración y flotaba agarrándose la camiseta a la altura del corazón, rebotando en los muebles de la nave. Parecía el infierno. Pero todavía hacía mucho frío, Luas estaba helado y las pajas no le calentaban lo suficiente, o cuando comenzaban a hacerlo el pene ya le sangraba demasiado y ni las tiritas podían contener lo suficiente como para no desmayarse. Al despertar tenía frío otra vez, entonces sufría un ataque de ansiedad y la polla le dolía mucho. Y así, sin descanso. Día tras otro, la polla de Luas se fue curtiendo hasta coger textura de cuero, la nave...

Un día se despierta y dice “necesito algo que fumar ya, por favor. Voy a llamar al camello y bajo a pillar un poco de mandanga”. Lo llama, comunica, mierda... ya no está en la Tierra y se había olvidado. Por otra parte no estaba tan mal, después de todo lo que le había dado al cuerpo ya, necesitaba respirar aire fresco aunque fuera dentro de una nave. Entonces, sin mas preámbulos, se levanta, se pone las zapatillas de Goofy se dirige a la zona de refrigerio. En la zona de refrigerio tiene hay un bosque en medio todo artificial, con pájaros robóticos al igual que leones autómatas y todos hacen sus excrementos de forma natural... no me preguntes como ni porque. En cualquier caso Luas se encontraba como en casa, como cuando vivía en Leeds, bien agosto sentado en el regazo del suelo observando el Sol artificial y oliendo a mierda de robot. A los 5 segundos, cansado de esta oficialidad dice, no sabe si a sí mismo o a nadie, que está harto y que necesita llegar ya a su destino o que se va a ahorcar con hilo dental.

“Un momento, que es lo que hago aquí? Yo estaba ayudando a un robot zombi a llegar a la iglesia cuando de repente estoy en el espacio. Debería dejar de aceptar todos los problemas que me vengan. Dado que los problemas vienen sin motivo, abandonar el sinsentido de vivir buscando soluciones parciales. El tiempo que llevo en la nave....será todo un suenyo? La verdad es que duele, yo creo que esto es bien real. Quizá hay un motivo detrás de todo esto. He reflexionado una y otra vez sobre lo que he hecho en esta y todas las anteriores vidas. Cuando leí por primera vez el primer tomo de mis problemas, pude observarme desde fuera y comprobar que soy un ser repugnante. Siempre centrado en mis problemas y en follar con uno u otra personaje que se cruzara por el problema correspondiente. Debo solucionar el gran problema existencial que es el hecho mismo de que los problemas existan.
Para comenzar, haré algo de ejercicio. Mens sana in corpore sana. Platón dixit, creo. No, algún personal trainer seguramente. Voy a ponerme cachas y a hacer meditación, dejaré las pajas y me leeré la enciclopedia Agostini de principio a fin.”


A la hora de haber pensado todo esto Luas estaba durmiendo la siesta en su sarcófago espacial. Una cápsula de metal con forma de ataúd, con una escotilla a la altura de la cabeza de cristal oscuro colgada de la pared. Un tipo de tecnología alienígena era la fuente de su funcionamiento, generando unas ondas que mantenían al usuario en letargo por el tiempo programado. Cuando Luas se aburría se clavaba siestas de décadas, pero esta vez puso simplemente 3 horas. Luas estaba soñando, soñaba que estaba en el espacio, en la nave nodriza, echándose una siesta en una máquina creada con tecnología alienígena y soñando con que estaba en un videojuego. Había estado jugando mucho al Soma y quería volver a revivir la experiencia del escaneo. Sabía perfectamente que el podía ser un Luas y otro en el espacio de las variantes y que el simplemente reflejaba una de esas realidades paralelas del escaneo de Luas en la matriz.

Él era Luas, es decir, en esencia, pero en la realidad de la materialidad solo era un escaneo más de los que podían existir en el espacio de las variantes.

Llegados a este punto empezó a recordar bajo el sueño inducido... Recordando la entrevista que había tenido con Borjamari allá en la Tierra con la intención de que Luas y sus problemas se escuchará en todo el planeta mientras él estaba de parranda por el espacio, o mejor dicho, su versión de él...


La misión que tenia encomendada Luas, el escaneo que viajaba por el espacio, era encontrar una cura para la humanidad. Esta cura tendría que venir en forma de droga porque la humanidad era muy viciosa... también podría venir en forma de conocimiento y no de sustancia, quizás la humanidad estaba preparada o no... la idea central de la misión para encontrar esa cura era conseguir una alquimia que permitiese al individuo vivir despierto todo el tiempo, sin necesidad de dormir ni de soñar... ser real en su totalidad, vamos. La versión de Luas estaba algo perdida entre sueño y no sueño dentro de la nave, tenía que despertar y dirigirse lo más alejado de la Tierra, solo allí encontraría la realidad total? De momento ya había abandonado la Via Láctea y estaba entrando en las proximidades de la Vía Literaria.

Lleno de energía por una nueva motivación, sale de un brinco de su sarcófago alienígena. Se dirige a la nave de control y toma los mandos. Pega un frenazo y un derrape y la nave nodriza se para estática en el espacio.

Hay momentos en los que la locura mental fruto de las drogas te pasa factura, especialmente cuando se transforma a locura física.

-La cura para la humanidad...La cura para la humanidad.....LA CURAAA LA CURAAA PARA LA HUMANIDAD. – Cantaba cada vez más nervioso – LA PUTA CURAA CURAA LA CURA.

Se desquició y en un arrebato, se quitó el traje espacial, abrió la puerta de emergencia de la nave y saltó al vacío. – LA CURAAA! LA CURA!! Gritaba sin escucharse a sí mismo.

De nuevo estaba jodido. La Vía Literaria se distinguía especialmente de la  archiconocida Vía Láctea, por su carencia de leche. No había organismos cálceos, todos eran gases y a Luas no le molaban las pilinguis hechas de gas. Quería irse de putas y no era el lugar. Entonces recordó que hacía tiempo había conocido a una chica en un bar y se habían intercambiado los teléfonos. A ver qué haría ella, quizá también era una navegante espacial y podrían encontrarse en la Vía Literaria y tomar alguna bebida alcohólica con pretensiones sexuales. Luas sacó su Samsung Galaxy x98d-x y se hizo una paja con un vídeo porno corto que había guardado para la eternidad. Cuando acabó se limpio con la manga de su pijama y entonces buscó el número de Samanta. Samanta party, así encontró el contacto. Llamar.

Luas se acerca el teléfono a la oreja y espera. Nada. Ni un sólo sonido. Lo normal es que no haya cobertura usando una línea telefónica de una compañía humana. Adiós a cualquier oportunidad de follarse a Samanta, aunque, a menos que fuera una navegante espacial y su percepción del tiempo estuviera distorsionada como la de Luas, lo cual es muy poco probable, ya debía estar muerta. Pensar en todo esto puso a Luas triste, le entraron ganas de llorar. En gravedad cero las lágrimas no caen, porque caer no tiene sentido. Las lágrimas simplemente se crean. Luas lloraba, y no era por Samanta, no era sólo por el sexo. Se sentía solo y hacía frío otra vez.

“Volver a la Tierra? Nunca... voy a plantear una solución fácil, venga. Que podría hacer para olvidarme del sexo? ... CLARO, los libros!”

Luas se había olvidado completamente que tenia biblioteca cósmica en la nave! En la biblioteca estaban todos los tomos de Luas y sus problemas, el uno, el dos, el tres... por otro lado muchos libros conocidos y importantes como la Biblia, el Corán, la biografía de Noam Chomsky... todos los libros místicos y de ciencia oculta...


Intentó nadar de vuelta pero ésta se alejaba a más velocidad de la que alcanzaba con sus brazadas. Nadaba y nadaba y nada, nada de nada, nadó y nadó y a la nave no llegó. Comenzó a preocuparse por su vida pero llegados a éste punto y como ya hemos mencionado, la idea de morirse no le atemorizaba. Decidió relajarse y que venga lo que venga. Se acostumbraría a que en el espacio no hay nada que hacer y de que hace mucho frio. “Si los esquínale pueden, yo podré” pensaba para sus adentros, sin estar del todo convencido.

El vacío de la Vía Literaria le dejaba la boca y el ano secos. Sacó el cacao del bolsillo y se lubrico ambos orificios. Respiró profundamente un par de veces y adoptó la postura de la flor de loto. Tras 12 o 15 respiraciones, recorrió parte a parte su cuerpo congelado y comenzó a repetir su mantra.

Pasados los quince días de estado meditativo espacial, abrió una puerta espiritual con una cartel en el que se lee “Luas” y la atravesó.

El interior de la mente de Luas era pequeño pero acogedor, suficiente para él. Había petas y una guitarra y aunque estaba algo sucio, decidió que estaba cansado de tanto espacio y que se quedaría por allí por una temporada. Habitar su propia mente le resultaba comodísimo, ya que no había demasiado espacio. Todos los trastos que había a su alrededor ocupaban la gran parte de la habitación, y no había nada que pudiera tirar. El espacio habitable era mínimo, y eso le encantaba. Limitaba sus paseos a levantarse del sofá, a dos pasos abrir la nevera, sacar una cerveza, cerrar la nevera, volver al sofá, tumbarse, abrir la cerveza haciendo el mayor ruido posible y sacándose la polla de los calzoncillos para acariciarla, sorbía de la lata la cerveza hasta vaciarla, tirarla al suelo y comenzar el proceso de nuevo. Eso ocurría normalmente.


A veces se levantaba del sofá y no abría una nueva cerveza, a veces se levantaba del sofá, cogía la guitarra y comenzaba a tocar. Era cuando Luas se sentía artístico, cuando estaba creado. En la mente de Luas se tocaba la guitarra también cuando cagaba.

El teléfono de Luas vibró, brrr, brrr, se lo sacó del bolsillo y vio la palabra “Libros”.

Después de varios esfuerzos sobrehumanos Luas se despierta en medio de toda esa parafernalia espacial. Con su traje de buzo consigue por fin volver a la nave y recuperar el sentido del equilibrio, esto de desmayarse en el espacio después de un intento de suicidio no estaba en los libros. Sabe que todo esto ha sido un sueño pero como evitarlo es otro problema más que añadir al almanaque de Luas y sus problemas. Consiguiendo superar este escollo entra a la nave a trompicones pegando saltos como un conejo y se dirige a la biblioteca a buscar el libro de “R+C= Como resolver problemas en el espacio”. Le sopló el polvo y se lo llevó al salón espacial. Se lanza sobre el sofá y se relaja por un momento. Vaya viaje se ha pegado hace no mucho. Subconsciente, consciente e inconsciente no se identificaban como de costumbre y seguía bastante sumbado.  

En el interior de la libro, una única página con una única frase en la que se leía:

“Space problems: Dial 112”

Llama y en breves instantes aparece una pequeña nave de rescate espacial. Dos individuos abordan la nave nodriza de Luas. No se esperaba visitas. Se oye el timbre y Luas se acerca a la puerta. Se colocó el pelo y los huevos y miró por la mirilla. Allí estaban ellos. Abrió la puerta y dijo:

 “Hola, buenas tardes. O días. O noches. Bueno, no sé. Yo aun no he comido, así que diré buenos días.”

“Somos Testigos de Luas”. Unos de los dos chavales de traje y corbata dijo.

Luas rompió en carcajadas, doblándose sobre en sí y llorando de risa, casi meándose de risa. Testigos de Luas, era lo último que se hubiera esperado. Los chavales miraban perplejos pero mantenían la compostura, debían haberse visto en esa situación o alguna peor muchas otras veces.

“Quién es Luas?” Preguntó Luas, curioso por saber de dónde venía todo aquello, por qué había una secta de pesados tocatimbres usando su nombre? Quizá no tenía nada que ver con él, quizá era sólo una casualidad, y Luas era la interpretación humana del nombre de algún Dios alienígena, igual que Luas significa velocidad en irlandés.

 “Luas es el elegido para conseguir llegar a los confines de la curación galáctica hacia el despertar eterno. Una vida sin sueño, sin tener que vivir más durmiendo, perdiendo horas de sueño a la sombra y viajando siempre con el solecito de cara, despiertos”

Increíble, esto era parte del libro o solo una tontería más? Sabía que otras cosas podrían pasar, sobretodo nuevos personajes es lo que empezaba a necesitar la serie después de ver que estos capítulos estaban quedando un poco raros, había que darle como caña... Dial 112. Fin del mensaje”. Después los Testigos se esfuman y Luas sigue allí como siempre, solo.


- Que está pasando – dice una voz en la nave

- Nada. – Luas responde sin saber si le están grabando o que pasa con esos

- Pero me refiero con el encuadre. – Dice la voz

- Desde aquí sí, se ve major.
 

- Has escrito ya Luas?  

- Sobre “Luas y sus problemas”? A ver, estoy en una nave buscando la cura para estar despierto, que está pasando? De dónde viene esa voz? – dice Luas frunciendo el entrecejo, sin ningún miedo por lo que podría estar por llegar ahora.

- Soy la voz que te guiará al despertar eterno, a través de los libros y todo este tomo vamos a viajar a los confines de las Galaxias próximas a la Vía Láctea cómo esta es la que estamos ahora, la Vía Literanta. Has leído Dune Luas?

- ...Aun no...

-Luas, has escrito ya?

 - Tampoco, he estado tranquilote en mi propia mente, he tenido bastantes problemas en el espacio y estoy harto de tanta tranquilidad y tanta calma. Quiero salir de aquí. Ayúdame por favor!

-Qué es lo que deseas, mi querido Luas?

-Echo de menos el cariño humano, especialmente el de Javichulo, lejos de aquí en Oceania. Ese culo prieto...

-Y que hay de tus deberes? Dónde está tu libro? Cuando lo acabes te llevaré junto a tu amado.

Luas se vio ante una posible solución a su aislamiento espacial y decidió seguir su instinto. Preparó el pergamino, rellenó el tintero, pluma y a escribir. Lo acabaría esa misma noche.

Con su copa de vino al lado, escribe como una bestia enfurecida. Escupe las palabras sobre el papel y esparce tinta por todo su alrededor. Trazos grandes, letras delicadas, una formulación elegante. Una prosa cuidada y llena de descripciones y metáforas para contentar a los críticos literarios. La historia no importaba, el contenido era sólo una excusa para la belleza textual, del perfume de las palabras, de la degustación del significado, de la construcción de una narrativa. Los Dioses actuales no vuelan ni crean vida, sólo escriben ficción. Luas se sentía así, Luas se sentía satisfecho con su pluma soltando tinta a chorros sobre el papel y la pared, escribiendo sobre su vida básicamente, porque toda ficción tiene su fuente en alguna realidad, simplemente distorsionada por la capacidad narrativa del creador. En este caso Luas, aunque él no se sentía muy capaz de escribir, siempre dudaba de la calidad del resultado, de la calidad del producto. Odiaba llamar producto a un libro.

Jose Jones había escrito un libro, y él estaba en trance. No sabía si era porque había oído la palabra Javichulo o porque necesitaba crear algo nuevo y disparatado para audiencia que ya se había cansado de leer el primer tomo. Estaba allí con la cura y con la escritura, amando su postura, su prosa rota que no cuadra ni en estructura ni en finura. Sabe bien que está atrapado en un bucle infinito y que algún día tendrá que darle final al próximo capítulo, tomo, serie, película, y ahora quizá de galaxia en galaxia trotando hacia desparadero desconocido por que la humanidad necesitaba ser salvada.

Escribía y no dejaba de escribir mezclando matemáticas y artes amatorias, buscaba una prosa profunda como la de Lope de Vega o Garcilaso también de la Vega. Quería llegar a esa estrella al igual que pasar por Alcyone, recorrer el cinturón de Orión y todo, desde la Vía Literanta, dónde las palabras son infinitas,

dónde el conocimiento se escribe cada día gracias a Luas que sabía que todo esto daba para un buen guión.

Para aquel entonces los productores y grandes enemigos de Luas se estaban enterando de todo ese viaje psicotrópico gracias a un dispositivo cuántico-temporal que lo estaba grabando todo. Hasta las setas de cejas decidieron robarle la idea del guión a Luas grabando toda la emisión de “Luas y sus problemas en el espacio, Tomo 2”. Muchos no querían que el tomo 2 no se llamara así, daba igual, ellos eran los malos y hacían siempre lo que querían.

Las imágenes llegaban a la Tierra en diferido y mal, con años de retrasos, a veces décadas... pero eso daba igual, Luas seguía siendo un héroe y los productores siempre sacaron pasta gansa de todo ese truco cuántico. “Luas y sus libros” se había convertido en “Luas escribiendo el infinito”



Y así termino el capítulo de “Luas y sus Libros”, la pantalla se apaga y las luces se encienden. Varios segundos de mucho silencio.

- A mi me ha gustado – dice el productor núm 1.- es muy dramático que Luas se quede atrapado al final del capítulo en ese bucle infinito de escritura, no te parece?


- Absolutamente cierto, por otro lado falta más reparto – productor núm. 2- Vamos a meter a Javichulo al final? Las tomas están rodadas, a ver...

- No, no, no, estamos aquí para otra cosa – dice el Nigrojaque – esto es lo que vamos a hacer...

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